
¿Qué contar de Amsterdam que nadie sepa? Esa ciudad llena de encanto con sus casas típicas del siglo XVII que se asoman a los canales, dando un aspecto misterioso a la ciudad, que aunque siempre gris y fría te embauca y te enamora. La catedral, el Barrio Rojo, la plaza de Rembrandt... La Venencia del Norte, donde todo el mundo va en bicicleta y donde los coffeeshop están a la orden del día .Un espacio en el que la libertad se respira y el civismo no es un desconocido entre sus habitantes.
Hace unas semanas visité Holanda, concretamente Amsterdam, como ya os vengo diciendo. Y, ¿qué decir? Me encantó. A pesar de su clima gris y frío, su arquitectura, sus canales, su amable gente, te sumerge en una atmósfera completante distinta a la que pueda vivir cualquier madrileño de a pie como yo. Ya fuera por estar de vacaciones o, por lo que fuese, su calma te deja 'respirar', algo que había olvidado hace mucho tiempo...
Y Van Gogh, ese loco del pelo rojo, que tanto sufrió en vida y al que hoy día todo el mundo idolatra. Injusto o necesario. Reconocer su arte ha sido, para mí, una de las mayores hazañas de la historia del arte. Y allí, una vez más, en los Países Bajos, pude deleitarme de sus obras.
En definitiva, un paseo por una de las ciudades más bellas del norte de Europa que me ha dejado con las ganas de seguir viajando, conociendo diferentes formas de vida, diferentes culturas y donde te das cuenta que siempre hay algo nuevo que aprender.